¿Qué entendemos por Artritis Idiopática Juvenil?
La Artritis Idiopática Juvenil (AIJ) o también denominada Artritis Reumatoide Juvenil es una enfermedad crónica de la infancia y la adolescencia (que aparece antes de los 16 años) que tiene como principal síntoma la inflamación de las articulaciones (artritis) y que conlleva dolor, hinchazón, rigidez y una limitación en la movilidad de la articulación.
Para su diagnóstico es necesario también que dure más de 6 semanas para poder descartar otras enfermedades. La AIJ es la enfermedad reumática más común en la infancia, con aproximadamente 1 afectado por cada 1000 niños. Pese a que la artritis juvenil sea considerada idiopática, es decir, que no se conoce la causa de la enfermedad, sí que se cree que podría ser resultado de una respuesta anormal de nuestro sistema inmunitario (el sistema que nos ayuda a hacer frente a las infecciones, como por ejemplo la gripe). Parece que el sistema inmunitario podría funcionar de forma incorrecta en el momento de detectar los agentes externos de fuera del organismo ya que confundiría como ajenas, partes del propio organismo (como las articulaciones).
AIJ no es una enfermedad completamente hereditaria, es decir, que se trasmita de forma directa de padres a hijos, pero sí que existe cierta predisposición genética a padecer la enfermedad, es decir, algunas personas presentan cierta probabilidad más elevada de padecer la enfermedad por sus características genéticas, pero para que ésta aparezca es necesario que estén presentes también otros factores ambientales (como por ejemplo, algún tipo de infección).
Hay diferentes formas de AJI que se identifican en función de los síntomas que aparecen durante los primeros 6 meses de la enfermedad.
Tipos:
– AIJ sistémica es un tipo que además de la artritis (inflamación de las articulaciones), también presenta síntomas sistémicos (como fiebre, erupciones en la piel, o inflamación de una fina membrana que rodea el corazón).
– AIJ poliarticular presenta durante los primeros 6 meses de enfermedad, inflamación en 5 o más articulaciones sin los síntomas sistémicos anteriormente mencionados.
– AIJ oligoarticular se caracteriza por la presencia, durante los 6 primeros meses de enfermedad, de inflamación en menos de 5 articulaciones sin síntomas sistémicos. Acostumbra a afectar a grandes articulaciones (como las rodillas y los tobillos). Una parte importante de las personas que padecen AIJ oligoarticular, pueden presentar una complicación ocular, la uveítis anterior, la inflamación de la parte anterior de la úvea, que es una capa interior del ojo que contiene los vasos sanguíneos que le aportan sangre. En caso que la uveítis anterior no se detectase y tratase a tiempo, podría producir daños importantes en el ojo. Por eso es importante que sea detectada precozmente mediante revisiones oftalmológicas a los niños en riesgo de padecerla ya que no aparecen síntomas visibles (como por ejemplo rojez en el ojo).
– AIJ psoriásica aparece cuando además de inflamación de las articulaciones también aparece psoriasis, que es una enfermedad de la piel en la cual ciertas zonas (principalmente rodillas y codos) se descaman.
– AIJ asociada a entesitis se considera cuando se observa la presencia de entesitis, inflamación del punto donde se insertan los tendones en los huesos. El lugar más frecuente donde aparece el dolor es el pie (delante o atrás del talón). También puede aparecer uveítis, pero a diferencia de la uveítis oligoarticular, puede producir enrojecimiento del ojo, lagrimeo y fotofobia. En algunos casos la enfermedad puede remitir, pero en otros puede llegar a afectar a la columna vertebral.
De todas las formas de AIJ la más frecuente es la oligoarticular, un 50% de los casos la presentan. Por lo que se refiere al pronóstico de la enfermedad va a depender de múltiples factores como el número de articulaciones afectadas, las lesiones irreversibles provocadas en las articulaciones y el tratamiento. En general, cuanto menor sea el número de articulaciones afectadas, cuantas menos lesiones irreversibles en las articulaciones y más temprana sea la aplicación del tratamiento, mejor será el pronóstico.
La AIJ puede afectar la vida de los niños y adolescentes, especialmente, a la hora de realizar sus actividades habituales, como ir a la escuela, practicar deportes, o incluso en la relaciones con los demás. Por este motivo es importante fomentar una vida de lo más “normal posible”. El niño debe seguir su ritmo habitual de actividad aunque sin forzarse en exceso a realizar las tareas que puedan producir especial dificultad o dolor, la cual cosa persigue facilitar el desarrollo de su independencia y autonomía al mismo ritmo que el resto compañeros de su edad.
Si quieres saber más sobre este tema consultar:
http://algos-dpsico.urv.cat/?p=1144
http://www.printo.it/pediatric-rheumatology/information/Spagna/index.htm
Ester Solé, miembro del grupo ALGOS para la Investigación en Dolor Infantil
Universitat Rovira i Virgili, Tarragona
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