Hipnosis: uso y beneficios terapéuticos en el dolor
En este post se pretende, de forma sucinta, evidenciar el uso clínico de la hipnosis en el contexto del dolor. Antes de presentar su definición y beneficios terapéuticos, nos parece importante señalar la investigación que ha contribuido al estudio de la efectividad y aceptación científica de la hipnosis como técnica de control del dolor.
La hipnosis ha tenido una historia cíclica de aceptación y rechazo desde Mesmer, hace doscientos años (Hilgard y Hilgard, 1994). Sin embargo, la hipnosis ha alcanzado un lugar importante en la medicina, y en el curso de la investigación se ha aprendido mucho acerca de su efectividad en el alivio del dolor.
Durante los últimos veinte años, un importante cuerpo de investigación ha evidenciado la efectividad de la hipnosis en el tratamiento del dolor, y en general, el escepticismo desde un punto de vista científico no se encuentra ya justificado (Patterson, 2010). Un amplio número de artículos, revisiones sistemáticas y meta-análisis han demostrado que la hipnosis es eficaz en el tratamiento del dolor agudo, crónico y dolor relacionado con el cáncer en adultos y adolescentes (Castel et al., 2007; Hawkins, 2001; Lynn et al., 2000; Jensen et al., 2011; Jensen y Patterson, 2006; Stoelb et al., 2009; Tomé-Pires y Miró, 2012).
Específicamente respecto al dolor crónico, se ha encontrado que la hipnosis es clínicamente efectiva (en la reducción del dolor) en los siguientes tipos de dolor crónico: cefalea, fibromialgia, dolor de espalda, dolor relacionado con la osteoartritis, dolor relacionado con el cáncer, trastorno temporomandibular, dolor abdominal, síndrome de colon irritable, lesiones en la médula espinal, esclerosis múltiple, dolor orofacial (ver revisión de estudios clínicos por Jensen and Patterson, 2006; Adachi et al., 2012).
De hecho, investigaciones clínicas han concluido que la hipnosis llevó al alivio del dolor en el 75% de la población con dolor crónico (ver meta-análisis de Montgomery et al., 2000). Los resultados revelaron un efecto moderado-grande de la hipnosis en el dolor experimental y clínico. Además, se ha encontrado que los procedimientos hipnóticos llevan a una reducción significativamente mayor del dolor en una variedad de tipos de dolor crónico comparado con (1) ningún tratamiento/atención estándar, y algunas intervenciones no hipnóticas, como (2) la educación, (3) la medicación o (4) la terapia física (Elkins et al., 2007; Jensen y Patterson, 2006; Stoelb et al., 2009).
¿Qué es la hipnosis?
La hipnosis ha sido conceptualizada como una técnica que por lo general contiene un procedimiento de inducción o introducción “durante el cual se dice al sujeto que se presentarán sugestiones para experiencias imaginativas” (Green et al., 2005, p. 262). Este procedimiento inductivo es seguido de sugestiones o instrucciones verbales “para cambios en la experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción, sensación, emoción, pensamiento o comportamiento” (Green et al., 2005, p. 262).
Así, las técnicas hipnóticas permiten alterar la conciencia sensorial, la percepción, la memoria y el comportamiento con el potencial de influir en el funcionamiento fisiológico y en el curso de condiciones médicas (Pinnell y Covino, 2000).
Beneficios de la hipnosis
Es importante resaltar que el dolor es una experiencia multidimensional, que resulta de la compleja interacción y influencia de varios factores biológicos (p.e. físicos, genéticos, fisiológicos), psicológicos (p.e. emocionales, cognitivos) y sociales (p.e. conductuales, culturales). La intervención con hipnosis considera el uso de sugestiones hipnóticas específicas, y su potencial de influir en los diferentes factores que componen dicha experiencia (Jensen, 2008). Se trata de promover cambios en la percepción sensorial (eg. intensidad de dolor), a nivel afectivo (p.e. aumentar la sensación de bienestar), a nivel cognitivo (p.e. significado del dolor) y a nivel conductual (p.e. ingesta de medicación, inactividad).
Los beneficios de la hipnosis podrían resumirse brevemente en los siguientes: (1) contribuye a la reducción y el alivio del dolor; (2) su uso como una herramienta complementaria a otras técnicas médicas y psicológicas permite el logro de los resultados terapéuticos exitosos con menos tiempo y esfuerzo por parte de los pacientes; y finalmente, (3) la hipnosis facilita y potencia la efectividad terapéutica, ya que (a) las sugestiones hipnóticas enfatizan las actitudes positivas respecto al afrontamiento y resolución de problemas, (b) promueven el papel activo del paciente en su cambio terapéutico, (c) implementan las habilidades imaginativas y implicación emocional en los pacientes, (d) favorecen la respuesta de relajación, que puede ser utilizada como una eficaz estrategia antagonista a las reacciones de ansiedad, y (e) conducen a cambios rápidos en la conducta que a su vez mejoran la motivación y adherencia al tratamiento (Ordi, 2005).
De este modo, es de gran importancia considerar la inclusión de la hipnosis en el abanico de tratamientos disponibles para el dolor, tratándose de una “ventana” de oportunidades para ayudar al paciente a controlar el dolor (y su experiencia del dolor). Además de los efectos positivos que resultan del uso de una intervención hipnótica, es importante señalar que la hipnosis es una herramienta de control del dolor empíricamente válida, muy económica, fácil de administrar, capaz de reducir los costos de los medicamentos con respecto a los tratamientos médicos convencionales y sin efectos secundarios adversos (Hammond, 2007; Kohen y Zajac, 2007; Tsao y Zeltzer, 2005). O como señaló Jensen (2013), la hipnosis tiene muchos “efectos secundarios” que son abrumadoramente positivos.
Catarina T. Pires, ALGOS. Recerca en Dolor
Universitat Rovira i Virgili, Tarragona
Photo courtesy of: ColinBroug
anonimo1
Muy bueno el post!
gracias
ALGOS
Muchas gracias por el comentario!