Del 2 al 5 de septiembre se celebró en Viena el 9º Congreso Europeo de Dolor organizado por la Federación Europea del Dolor (EFIC). Este es una reunión científica que acoge a numerosos profesionales que se dedican al estudio y/o tratamiento del dolor y que provienen de disciplinas diversas, como por ejemplo la anestesiología, la biología, la psicología o la enfermería.

Uno de los problemas que los profesionales de la salud tienen que abordar es la falta de adhesión del paciente a los diferentes tratamientos propuestos. Un informe publicado por la OMS refleja que la adherencia en enfermedades crónicas es de alrededor del 50%, siendo menor en los países en desarrollo.

Desde el grupo ALGOS nos preocupamos de todo lo que al dolor se refiere, y en esta ocasión nos hacemos eco de un estudio de la Universidad de Waterloo sobre cuáles son las mejores posturas sexuales para evitar dolores de espalda en personas con trastornos lumbares (Sidorkewicz & McGill, 2014).

Es posible que te resulte familiar el término “astenia primaveral”. Si no es así, seguro que alguien que conoces, o incluso tú, habéis experimentado alguna vez sus síntomas. Los más comunes son: sensación generalizada de cansancio, fatiga, debilidad, pérdida de apetito, irritabilidad, disminución de la libido y dolores de cabeza.

El pasado 26 de febrero, en el Auditorio del Hospital Universitario Sant Joan de Reus, el grupo ALGOS asistió a la jornada ”Big Data y Salud”, coorganizada por el centro sanitario Sant Joan de Reus, el Hospital Universitario (HU) Institut Pere Mata, y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV), junto con la colaboración del Ayuntamiento de Reus.

Las vacunas, sin duda, han salvado la vida de muchos niños aumentando su inmunidad frente a determinadas enfermedades como la rubeola, el sarampión, la varicela, la poliomielitis, la difteria, etc.

De todas formas, la fotografía de un bebé llorando desconsoladamente y agitándose mientras recibe una vacuna que acompaña este post (y que por cierto, fue publicada en la portada del New York Times el pasado 15 de enero de 2015), ha activado mi sistema de alarmas y me ha llevado a preguntarme si no hay otra forma de hacer las cosas. Y efectivamente, la hay.