¿Mindfulness para el dolor crónico en niños y adolescentes?
Foto: Nicholas_T
El Mindfulness es una técnica proveniente de la meditación budista y que los psicólogos occidentales han adoptado como estrategia de intervención para diferentes problemáticas, como por ejemplo, el estrés, los trastornos de la conducta alimentaria o el dolor crónico.
¿Pero qué es realmente esto del Mindfulness? Habitualmente se define como la conciencia plena que se consigue poniendo de forma intencional atención al momento presente, sin realizar juicios de todo aquello que estás experimentado. De todas formas a veces puede ser algo difícil entender este concepto de forma únicamente teórica por eso quiero proponerte realizar un breve ejercicio.
Quiero que observes un caramelo como si vinieses de otro planeta y jamás hubieseis visto uno. Coloca el caramelo en la palma de tu mano y centra la atención en su imagen. Fíjate en sus colores, forma y tamaño. También observa si hay letras o dibujos, si el papel es brillante o mate, si es opaco o transparente. Seguidamente aproxima el caramelo al oído, presiónalo suavemente, hazlo girar y escucha con atención todos los ruidos que procedan de éste. Ahora pasa a explorar la textura del caramelo. Primero toca el papel, nota su suavidad, rugosidad, la dureza del caramelo en el interior. Después desenvuelve el caramelo y nota la textura del caramelo, si es fina, pegajosa, o tiene estrías o golpes. También observa el color del caramelo, si es uniforme o tiene diferentes tonalidades o dibujos, así como su forma. Aproxima el caramelo a la nariz y huélelo, intenta identificar el olor (a frutas, a hierbas …) ¿Te recuerda a algo este olor? El siguiente paso es llevar lentamente el caramelo hacia tu boca, date cuenta de la precisión de tu brazo y de tu mano que parece saber exactamente hacia dónde dirigirse. Toma también consciencia que la boca puede que esté empezando a salivar. Introduce el caramelo en la boca, sin morderlo y cierra los ojos y saboréalo, nota las sensaciones que el caramelo provoca en tu boca (¿es ácido, dulce, amargo…?) ¿A qué te recuerda este sabor?
Nota cualquier pensamiento que aparezca mientras estás realizando esta exploración como por ejemplo: “¿Por qué estoy haciendo este extraño ejercicio?, ¿Para qué sirve todo esto?, ¡Vaya tontería!, ¡Con el trabajo que tengo y aquí perdiendo el tiempo con un caramelo!, ¡Me siento un poco ridículo haciendo esto!”, no tienes que luchar contra estos pensamientos, nota y acepta que están ahí y centra de nuevo tu atención al caramelo. También nota cualquier emoción que en este momento estés experimentando (ansiedad, tristeza, alegría…)
Ahora muerde el caramelo y nota si el sabor cambia o no, nota si es duro al tacto y las partes más angulosos y filosas, por donde se ha partido. Sigue saboreándolo y nota como cada vez se va haciendo más y más pequeño y se va fundiendo en tu boca. Cuando hayas terminado de comerlo, ya puedes abrir lentamente los ojos.
Acabas de experimentar lo qué es el Mindfulness, aunque esta nueva forma de aproximarte al mundo siendo más consciente de toda la experiencia requiere que sea incorporada en todas las actividades del día a día. Se suele empezar por practicar diferentes ejercicios más estandarizados o guiados como el anterior, que ayudan a la persona a adquirir las habilidades básicas de Mindfulness y poco a poco, se va introduciendo esta forma diferente de funcionamiento a todas las actividades diarias.
Ahora imagino que te preguntarás y ¿qué papel juega el Mindfulness en el tratamiento del dolor crónico en niños y adolescentes? El Mindfulness ayuda a ser más consciente tanto del dolor como de otras sensaciones corporales, de los pensamientos, las emociones, de las características de la experiencia que estás viviendo en el momento presente, sin juzgarlos, simplemente notando que están ahí como un elemento más de la experiencia pero sin luchar por controlarlos.
El hecho de no luchar contra estos aspectos puede ayudar a que a largo plazo se auto regulen por sí solos. También es importante procurar no centrarte únicamente en el dolor físico o en los pensamientos que surgen de éste cuando estés realizando una cualquier actividad con consciencia plena, debes notar todos los aspectos de la experiencia y además, debes mantenerte siempre focalizado en el momento presente, evitando quedarte ensimismado en aspectos del pasado o del futuro obviando el momento actual.
En adultos ya hay bastante evidencia de la eficacia del Mindfulness en el tratamiento del dolor crónico, concretamente, se ha visto que ayuda a reducir el malestar psicológico asociado al dolor crónico (como por ejemplo la ansiedad, o la depresión) y también que produce una disminución del dolor, de la discapacidad y aumenta la calidad de vida de aquellas personas que sufren dolor. Sin embargo, en niños y adolescentes, los estudios todavía son escasos, pero parecen sugerir que puede ser una técnica prometedora.
Cabe tener en cuenta que el Mindfulness debe adaptarse cuando se usa en niños y adolescentes. Miles Thompson y Gauntlett-Gilbert (2008) sugieren las siguientes recomendaciones:
– La utilización en niños requiere más explicaciones que en los adultos a los cuales se les pide que empiecen a experimentar sin la necesidad de una gran introducción inicial. Puede ser bueno ilustrar estas explicaciones con ejemplos que hagan uso del humor.
– La utilización de ejercicios diferentes y variados también es una estrategia recomendable. Desde por ejemplo escuchar los diferentes sonidos con atención plena, hasta ejercicios que usen específicamente el sentido del tacto. Puede ser especialmente útil sugerir ejercicios que se realicen fuera del lugar donde se lleva a cabo el tratamiento, por ejemplo en casa, con el objetivo de la generalización del Mindfulness en la práctica del día a día.
– La utilización de metáforas para ayudar a comprender el Mindfulness es otro aspecto esencial. Por ejemplo, ver la experiencia como un continuo de burbujas que van saliendo sin parar. Las emociones y los pensamientos pueden ser vistos como burbujas que aparecen, pero se alejan flotando. Si intentamos coger, empujar o aferrarnos a éstas, seguramente explotaran.
– Encontrar el punto medio entre variedad y repetición puede ser adecuado para los niños y adolescentes, ya que la variedad evita el aburrimiento y mantiene el interés en la práctica del Mindfulness. Sin embargo, también es necesario cierto nivel de repetición para que observen los avances al realizar el mismo ejercicio cada vez con mayor consciencia plena.
– La duración de los ejercicios de Mindfulness debe ser menor que la que tienen los ejercicios de los adultos, se aconseja entre 5 a 10 minutos como máximo.
– Es importante involucrar a los padres en la práctica de las sesiones de Mindfulness consiguiendo así que colaboren ayudando dando feedback sobre los ejercicios de los hijos y al mismo tiempo puedan usar estas habilidades para afrontar sus propios pensamientos y emociones, lo cual puede llegar a influir en su forma de relacionarse con sus hijos.
– Es muy recomendable la aplicación del Mindfulness en grupo, ya que la discusión que se genera después de la práctica (compartiendo comentarios y sensaciones) puede ayudar a comprenderlo mejor.
Esta reformulación de una antigua técnica oriental es una alternativa que amplía el arsenal de estrategias para afrontar el dolor crónico y los problemas que conlleva en los niños y adolescentes, y, en mi opinión, no debemos desaprovechar las posibilidades que nos ofrece.
Ester Solé, ALGOS. Recerca en Dolor
Universitat Rovira i Virgili, Tarragona