Insensibilidad congénita al dolor: vivir sin sentir dolor
Esta semana hemos decidido escribir sobre la “insensibilidad congénita al dolor”, a raíz de una noticia publicada en el periódico The New York Times. El título de la misma, The Hazards of Growing Up Painlessly (Los peligros de crecer sin dolor), resume muy bien las implicaciones de esta enfermedad.
Si bien en un principio la incapacidad de sentir dolor puede parecer un regalo, es todo lo contrario. El dolor, cuando no es crónico, tiene un valor claramente adaptativo. Permite al organismo distinguir entre estímulos dolorosos y no dolorosos, reconocer aquello que es nocivo y reaccionar cuando hay algún daño físico.